jueves, 5 de junio de 2008

Vaivén del reloj biológico


Estudio del sueño en el polisomnógrafo

Vaivén del reloj biológico

Hombres que no dejan dormir a su pareja por roncar y mujeres que no concilian fácilmente el sueño por las noches, son algunos trastornos al dormir que presenta la tercera parte de la sociedad actual


Es común observar en el autobús cómo una persona se queda dormida, ya sea en el hombro del compañero de viaje, cabeceando de lado a lado o con la boca abierta. También es típico escuchar “no pude dormir bien anoche” o “me costó quedarme dormido”. A nivel mundial se han descrito más de noventa tipologías de trastornos al dormir y Venezuela no escapa a la casuística internacional.
El sueño es un estado fisiológico normal de reposo, contrapuesto a la vigilia. “Al no dormir bien se altera una necesidad fisiológica que perturba la respuesta y el orden normal de relojes biológicos o circadianos del organismo”, explicó Alberto Villasmil, médico especialista en somnología en el estado Táchira.
Normalmente el individuo debe descansar de siete a ocho horas diarias. Las siestas prolongadas pueden alterar el proceso de sueño durante la noche. Un descanso de veinte minutos es suficiente, pues según el ciclo biológico después del almuerzo, el nivel de actividad disminuye y el cuerpo ordena un poco de relax. “Si se descansa más hay que investigar la causa porque indica que existe un trastorno al dormir”, señaló Villasmil.
Cuando una persona tiene acumulado una deuda de sueño se va sintiendo cada vez más, mucho más cansada y con menos demanda física e intelectual para llevar a cabo su actividad diaria. Además el somnólogo aseveró que “por el cansancio progresivo se pueden presentar lesiones cardiovasculares, presión arterial y alteración del ritmo cardíaco”.


Fermín Carrillo médico cardiólogo. (Foto: Johana Flórez)


Por su parte, el médico cardiólogo termodinamista Fermín Carrillo aclaró que no existe una relación directa entre los problemas cardíacos y los del sueño. Todo depende de la actitud que tome el individuo respecto a una preocupación personal que tenga, pues la alteración del sistema nervioso puede causar arritmias que a su vez por la presión que generan pueden desencadenar en la persona el insomnio.

Ronquidos, trasnochos y bostezos

Roncar es uno de los conflictos al dormir que con mayor frecuencia se presenta en la población masculina. Villasmil afirmó que los ronquidos causan la obstrucción de las vías respiratorias superiores o apneas de sueño; además es probable que sean síntomas de una enfermedad en el sistema respiratorio, como adenoides y sinusitis.
Por su parte, el insomnio suele presentarse con más frecuencia en las mujeres “se presume que una de las razones es que la mujer es más lábil, sensible y vulnerable ante los problemas de estrés y a situaciones psicosociales, que el hombre”.

José Ordoñez médico psiquiatra, acotó que la depresión, la ansiedad y los nervios están asociados con el insomnio. “La preocupación de una enfermedad causa insomnio. La parte nerviosa siempre va ligada a una patología de base. Es poco probable que una persona enferma por muy débil que esté sea somnolienta”.
La somnolencia excesiva o hiper insomnia es cuando la persona fácilmente se puede quedar dormida durante el día y presenta deseos inmensos por dormir. Esta alteración es secuela de no dormir bien por cualquier otro trastorno de sueño.
Carrillo puntualizó que “la anemia está asociada con la somnolencia por la falta de oxígeno en la sangre y por la dimensión de la hemoglobina en la misma, que puede disminuir el transporte de oxígeno produciéndose cansancio, fatiga o somnolencia”.
Las alteraciones de la calidad de sueño son conocidas como parasomnias y son comunes en los niños y jóvenes. Ordoñez aseveró que los sonámbulos y las personas que hablan dormidas, pueden padecer de problemas de neurológicos, disfunciones cerebrales o de tipo orgánicos.

Estudio del sueño

El cerebro siempre se mantiene activo durante el proceso de sueño, no se apaga, está respondiendo a los estímulos externos y ambientales de donde se esté durmiendo.
Los trastornos al dormir actualmente, pueden ser estudiados en un laboratorio equipado por un polisomnógrafo, equipo que a través de electrodos de contacto mide las variables neurológicas, saturación de oxigeno, variabilidad que el paciente presenta al dormir de frecuencia respiratoria, abdominal o torácica, en la electromiografía. Además muestra los períodos de ronquidos que presenta el paciente, explicó Villasmil.

Alberto Villasmil muestra el polisomnógrafo. (Foto: Johana Flórez)


La apnea se puede tratar buscando la causa, y hacerle una polisomnografía basal diagnóstica, si los índices de apnea son elevados, por encima de treinta episodios por hora, se recomienda hacer una titulación con tratamiento y presión positiva de aire continuo.



Resultados del estudio del sueño. (Foto: Johana Flórez)


Villasmil expuso que “el C-PAP es un aparato que genera aire a través de una manguera y a través de una mascarilla se le pone al paciente durante la noche y se le titula a presiones que el paciente necesite para liberarlo de las obstrucciones respiratorias”. El aparato corrige las apneas obstructivas severas y permite que el paciente no se ahogue al respirar cuando duerme.
En cuanto al insomnio y la somnolencia excesiva o narcolencia una vez que se halla la causa se puede tratar con terapias farmacológicas antidepresivas, tratando el problema temporalmente, “su dosificación depende de la necesidad de cada paciente” expresó.
Por su parte, Ordoñez en primera instancia recomienda al paciente una higiene de sueño en la que se “les recomienda que cambien sus hábitos de vida, que no se estresen y tomen la vida con calma, que no consuman sustancias psicoactivas como drogas y alcohol entre otras puesto con el tiempo traen problemas neurológicos”.
La psicóloga Pilar Ibero, interviene a sus pacientes con terapias neurolingüísticas de “drenaje”, en los que les incentiva a que escriban en un papel sus deseos de rabia y rencor reprimidos, pues éstos son motivo de trastornos al dormir.
“Les mando a que quemen la hoja y voten las cenizas en el inodoro y digan: te suelto y te libero”, añadió Ibero. Estas prácticas han permitido que el individuo mejore su calidad de vida y recupere el sueño arrebatado por las preocupaciones que son desahogadas en la soledad de las noches.

Rendimiento intelectual


La mayoría de los universitarios, suelen alterar su reloj biológico, cuando bien sea por estudiar o asistir a actividades sociales hasta largas horas de la noche, presentan trastornos de sueño, pues perturban el patrón de vigilia-sueño que influye en el funcionamiento intelectual.



Testimonio de Janehiry Andrade. (Foto: Johana Flórez)

Tal es el caso de la estudiante Janehiry Andrade, quien por trabajar en horario nocturno, normalmente duerme cuatro horas en el día. Su rendimiento académico se ha visto afectado, “a veces olvido el nombre de las personas, en los exámenes me cuesta plasmar la ideas, siempre debo estar buscando en mi agenda las cosas que tengo por hacer porque en la mayoría de las veces se me olvidan”.
Andrade confiesa que sufre estrés por no poder dormir, los dolores de cabeza y migrañas son comunes. “A veces por tener mucho sueño cuando llego a mi casa a dormir me cuesta quedarme dormida, duro de media a una hora para poder conciliar el sueño”. Sin embargo, por lo general se sobresalta por la presión y tensión acumulada.
La conducta de la persona se puede ver afectada cuando no duerme las horas prolongadas adecuadas, pues su personalidad y las relaciones interpersonales se ven afectadas. Síndromes ansiosos depresivos, irritabilidad, cansancio físico y poca concentración son algunas de las secuelas ocasionadas por los trastornos del reloj biológico del ser humano. (Johana Flórez)

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