miércoles, 26 de marzo de 2008

Como el arte absorbe a la ciencia

Por: Juan José Contreras Cárdenas.
En el libro titulado “Arte y ciencia” escrito por José Iraides Belandria se ve conformada como en un exquisita pintura una demostración reiterada de cómo el arte a través del tiempo se ha visto influenciada por la ciencia y la tecnología, cómo los descubrimientos y hallazgos de cada época han sido tomados por el arte para inspirar composiciones inolvidables.
El trabajo del escritor es admirable, pues la gran cantidad de información que presenta en el libro evidencia el duro trabajo de investigación que se realizó y cual óleo minimalista deja bien claro en un orden de entendimiento transparente, el reiterado uso e inspiración que los movimientos artísticos hacen de la ciencia.
Como el mismo Belandria escribe: “El misterio de la luz ha llamado la atención desde tiempos muy remotos, pero su explicación racional comienza en el siglo XVII con los trabajos de Newton y Huygens” (Pag. 49), es una pequeña referencia que evoca el sentido de curiosidad humano por preguntarse cosas y buscar saber cada vez más y estas inquietudes van de la mano junto al arte y la ciencia en el libro.
En cuanto al lenguaje el libro se asemeja más a un cuadro medio abstracto, bello pero complicado, ya que muchos de los términos científicos a los que se hace referencia no son mayormente desarrollados o explicados para que se entiendan de una manera sencilla, son pinceladas bruscas mezcladas con delineados suaves y sutiles que hacen variada la composición de esta obra.
El paseo de Belandria enseña cómo no solo la ciencia ha inspirado al arte sino como varios artistas se han dedicado a explorar los rumbos científicos más allá del arte como es el caso de artistas plásticos y escritores como Picasso, Escher, Mondrian, Malevitch, Klee, Borges Joyce, Witman, Vallejo, entre otros, lo que da una nueva dimensión al vínculo entre arte y ciencia.
Continuando con la analogía del libro con óleos y pinturas, esta obra es elocuente en palabras pero falta de visión y es referido a la carencia de imágenes que respalden los argumentos del libro, ninguna de las obras plásticas a las que se hace referencia están incluidas en las páginas, están bien descritas en algunos casos pero una imagen vale más que mil palabras.
Las imágenes resultan muy útiles ya que los lectores seguramente por más diestros que sean en temas de arte desconocen alguna de las obras que se describen en el libro y ni hablar de los menos informados en temas artísticos, en este sentido la maravillosa concepción de “Arte y ciencia” se vislumbra como un hermoso cuadro en la más sombría oscuridad.
En cuanto a la linealidad de los temas, la separación de capítulos no aleja a la obra de cierto desorden argumentativo, de todas formas, la cantidad de información que presenta lo justifica y este detalle no hace menos a los méritos de un libro producto de mucha investigación que en poco más de un centenar de páginas resume y muestra un caudal denso de información sobre arte y ciencia.
“¡Oh pensar geométrico al trasluz!... con tálamo de ornamentales áspides y exagonales ecos…” (Pág. 103), este, es un ejemplo de cómo la ciencia inspira al arte, es un poema de Vallejo y además muestra la singular investigación que hizo Belandria para llegar a recopilar similitudes y singularidades como esta, sin duda, un gran logro.
“Arte y ciencia”, un cuadro literario que plasma con pinceladas de dedicación una composición de entretenida didáctica sobre arte y su vínculo a la ciencia que durante generaciones de la humanidad han ido junto al desarrollo social y lo siguen haciendo por que el vínculo va más allá que una simple inspiración, es una unión para la posteridad.

Belandria, J. (2007) “Arte y ciencia”.
Mérida: Publicaciones Vicerrectorado ULA-Venezuela

3 comentarios:

dalpac dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
dalpac dijo...

La ciencia, definitivamente da para todos, es benefactora de todos y enriquecedora de todos. Interesante la conjunción del actor que, espero, vea también al arte con respeto, y no siga la tradicionalista corriente de denigrarlo frente a la Ciencia.
Respetar la justa dimensión de los terrenos que se ven alimentados y aclarados por la Ciencia, sin supeditarlos, sino colocándolos en el campo de la transdisciplinariedad de la que habla Johana, es también un deber nuestro en tanto Periodistas Científicos.

Enhorabuena por el comienzo!

Vean mi blog también
www.dalpac.blogspot.com

Daniel

Herlyq dijo...

La ciencia ha inspirado a los artistas durante diferentes períodos y es la relación que Belandria logra transmitir. Arte y Ciencia se conjugan en pocas páginas y así, el lector comprende el valor de ambas para la humanidad.